¿Como haces? Conozco todos tus trucos, pero aun así me das que pensar. Te guardas el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenes. Y así vas, sin perder el objetivo pidiendo dos cuando queres tres. Ya estoy bien, ya me ordene en mi desorden. Y aquellas voces no me hablan más. Por favor, mientime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar.